
Cruella: Vestuario, villanismo, paradigmas y ¿nuevo street style? y en ¿LATAM?
ESTE ARTICULO CONTIENE SPOILERS. Pudiera Cruella estar trayendo un poco de punk a una letárgica vanguardia, ¿Cómo afectaría después de su estreno a una moda pandémica?
Para la época pandémica, Disney anuncia uno de los live action más inesperados de sus fieles seguidores. Este ha resultado toda una controversia para la industria de la moda. En un entorno de falsa democracia pudiera Cruella estar trayendo un poco de punk a una letárgica vanguardia en la industria, y de ser así ¿Cómo afectaría después de su estreno a una moda pandémica y minimalista? ¿o las palmeras tropicales orbitantes de la moda en LATAM?
Si eres adepto a la moda y la adaptación del director Craig Gillespie este te cuenta una historia que hace cobrar sentido a la versión original de la franquicia. El trabajo detrás de la producción ha logrado su narrativa estética cometida. Y esto no es una casualidad.
No están en el guion de Tony McNamara y Dana Fox, pero nos cuenta una historia que hoy podemos contextualizar.
El cómo y el por qué
De los detalles a considerar es que los acontecimientos que ocurren en 1965 se nos presentan en la casa Hellman, propiedad de The Baroness, interpretada por Emma Thompson, y el desarrollo de la película per se 10 años después. 1975, fue un Londres rebelde y contra corriente que chocaba en las altas esferas con una engorrosa mezcolanza de estilos clásicos.
Lo vemos en los entornos. Una mansión con una decoracion barroca entre un atelier con verdes pizarras en las estructuras metalicas típicas neoclásicas y una Liberty que respondía a la pesada decoracion de 1975, la cual la tienda existente tuvo justo en esa época.

Todo esto versus el DIY del hogar de los protagonistas menos afortunados, Estella, Horace y Jasper que tendrían una educación estética un poco más rebelde debido a su poca educación y su alta creatividad para sobrevivir en una ciudad cosmopolita. Era el Punk contra el Neoclásico. Un baile eterno en el que vive la cultura Londinense.
“Como personaje, hemos creado este viaje para ella en el que tiene esta voz interior y este talento que está tratando de expresar. Pero ella es penalizada por eso porque está fuera de los conceptos de la sociedad en ese momento. Ella está en este rígido sistema inglés donde no puedes estar fuera de las líneas. No es hasta que finalmente se inclina hacia quién es realmente y esa fuerza que realmente florece» explica Gillespie sobre la transformación de Estella y Cruella
Por supuesto, el vestuario es protagonista tambien y narrará la misma historia. Una Baroness con vestidos estrictos un poco clásicos estructurados opulentos y hasta un poco pasados de moda. En contra de una Estella tratando de dar rienda suelta a sus propios personajes y de encajar en la moda del momento usando su creatividad.
Para esto se crearon algunas representaciones que contaban con looks más simples y orgánicos a la paleta de colores que representa al personaje luego de su transformación a formas mas nítidas. El vestuario contándose a si mismo.

La mejor forma de representar la libertad y la rebeldía de la época setentera para la vestuarista Jenny Beavan, fue poder retroceder en el tiempo y no desde sus múltiples premios de la academia, sino de sus experiencias propias mientras inicia portafolio en el teatro.
“Recuerdo lo divertido que era. Fue una época emocionante en la ropa y la música ”, dice Beavan, reflexionando con cariño sobre la moda de la época: botas gruesas con cordones, pantalones con flores comprados por tres libras el par en Kensington Market.
Con más de 47 vestuarios originales para Cruella, al mismo tiempo que 277 para el elenco solo en 4 meses, se mantiene en la línea de vestuario que cumplirán una función narrativa para efectos del guion y el desarrollo de personajes. Una narrativa imaginaria que no sería una copia fiel de la realidad, ni del guion original, ni de todas la realidades de los 70’s.
Inspirados en la reina del espíritu Punk en los 70’s, Vivian Westwood y para el entonces no nacido en la moda Alexander McQueen, nos crean la representación clara entre marginados y sistemáticos en la industria. Postulados de ambos diseñadores. Algo que ocurre exactamente igual en la película con sus matices.
“Desde el punto de vista del personaje, fue Alexander McQueen para mí”, (…) “Su rebelión contra el establishment y el valor de choque de sus espectáculos y la extravagancia creativa de algunas de sus obras. Sentí que eso estaba muy en consonancia con lo que Cruella estaba tratando de hacer» agrega Gillespie aunque aclara que las estéticas no se asemejan.
De hecho lo vemos en la chaqueta militar negra que Beavan crea para Cruella, pero no necesariamente en el vestido que se vuelca desde el camión de la basura que nos recuerda a colecciones recientes, tal vez, de Viktor and Rolf. No es una replica de la escena punk de Londres, es una adaptación de elementos artísticos diversos para crear un universo al que podamos hallar sentido.
Otro detalle a considerar en el estilismo es ser fiel al dibujo de la caricatura, sin caricaturizar a los personajes. El casting para Emma Stone que interpretará a Estella y Cruella, lleva consigo un maquillaje que nos llevará también a facciones estilísticas con las que cuenta el dibujo animado.
Un rostro pequeño y labios extrafinos, así como cejas marcadísimas y finas que en este caso, aunque se transforman en cejas con estructura y maquillaje, darán la misma ilusión óptica y sensación de opulencia aún cuando no son históricamente hilados. Esta nos devuelve a los desfiles de Galliano para Dior y un furor de maquillaje de los años 20.

Perpetuar el villanismo en la moda
Una situación que en la actualidad no se nos representa en la teatralidad, como ocurría en la vanguardia de hace 40 años, pero que si nos trae memorias de las luchas por la expresión que en ese momento ocurría.
La editora de moda del New York Times, Vanessa Friedman de hecho no concuerda, y es donde inicia un problema de esferas que supondrá las reales repercusiones en la moda de Spring Summer 21 y Fall Winter 21, aún cuando existen aquellos que compartan ideales sobre el hecho de que la película Cruella los está devolviendo a la palestra.
Sin embargo, debemos recordar que mientras se perpetua la idea de que en la moda para avanzar hay que ser crueles, una herencia que viene desde Devil Wears Prada para nuestra generacion, hay que admitir que esta es una industria feroz.
Se vive 6 meses antes que cualquier persona en el mundo, un mercado hiper segmentado y en el que el trabajo duro no es un secreto. Es una industria tan indulgente como cruel, aunque no se quiera admitir.

Mientras tanto, la película perpetua también otras condiciones positivas. De genero, superación, democracia, rebeldía, diversidad estética y descentralización que deben considerarse como parte importante, no solo de la trama, sino de la historia de la humanidad que tuvo consecuencia en la moda.
Momentos y postulados que hacen que hoy hace que tengamos libertades estéticas y de libre pensamiento y expresión en nuestra cultura occidental.
Otras de las aclaraciones que ocurren en la película se asocian a una actualización respecto al tan criticado uso de pieles. Un sin sentido, ya que Cruella no solo se despide del típico cigarrillo como política de Disney para todas sus películas en la actualidad, sino también del mito de las pieles de mascotas domesticas. Limpiando, además, la imagen de la caricatura original de la franquicia.
No tendremos un problema con las pieles, aquí nos mantenemos Fur free Fur.

¿Qué hará Cruella por el 2021?
La moda pandémica es una realidad, pero tambien la revelación de los básicos por sobre la vanguardia. La moda de las camisetas blancas, los trajes cómodos, el loungewear y el estilo Jacquemus no siempre fueron el Statement en la industria. Sin embargo, mucho antes de la pandemia estaban aquí para facilitar la vida de muchos en lugar de complicarla en ciclos imposibles de seguir que la vanguardia de los 90 y 2000 nos trajo.
Si, razón por el cual la vanguardia morfológica desaparece y propuestas como las que Cruella traen hoy en día, murieron a manos de la «perra básica» o en su traducción generacional, la «millenial tiktoker de primavera».

La adaptación nos propone un revivir histórico que esperamos saque a la moda de los aletargados colores avenas y los ciclos atemporales del uniforme de casa y de street style. Todo esto sin devolverlos a la parafernalia que estaba representando la moda hace dos y tres décadas.
Un poco de rock y de rebeldía no hace mal a nadie, sobre todo porque supondría una deconstrucción vanguardista que representa la propia deconstrucción social que estamos viviendo hoy.
De todas la artes, la moda supone la consecuencia más inmediata en temporalidad que tendrá el humano en su expresión.

¿Cómo llegaría el espíritu de Cruella a LATAM?
Los expertos y trends hunters harán un desglose de telas, patronajes en piezas especificas y paleta de colores. Los estilistas harán adaptaciones del color del cabello y cejas para sus looks más editoriales. Sin embargo, el leitmotiv punk que es la bandera del personaje, podría colarse fuera de las esferas de la moda y no necesariamente dentro de ella.
Desafortunadamente, esta bandera podría no popularizarse en Latinoamérica que vive contextos y realidades diversas a las que podría albergar esta moda, como es el caso de la moda Europea y Estadounidense.

La moda en Latinoamérica es especialmente joven y en extremo autóctona hoy. Está pasando por un proceso de encontrarse en sus raíces, es por eso que no es de extrañar que haya una discordancia entre tendencias globales y locales en nuestras propuestas.
Y aunque esto no ocurra en todos los países latinoamericanos, la fe estaría puesta en el street style de Argentina que comparte estéticas europeas fuertes. Además de tener una movida punk bastante interesante.
Al mismo tiempo ocurriría en México, un país rico en diseño de moda, así como tambien es sede importante de la casa Disney en Latinoamérica. Esto permite colaboraciones y licencias importantes a diseñadores que podrían expresarse con estas corriente. Además están apoyados por el publico gracias a la fuerza del marketing.
Los aires venezolanos pueden fugarse hacia esferas independientes, marcas rebeldes menos consolidadas o marcas con un ADN punk (que son pocas) que podrían llegar a abanderarse con esta lucha democrática en la moda a su propio estilo.
Sin embargo, no todos los países viven del diseño local. Lugares en donde la moda como cultura global e identidad de street style de la poblacion es joven, se sirven de la moda que grandes minoristas y fabricas ofrecen al por mayor que captan tendencias globales inmediatas y dirigen hacia sus consumidores ávidos.
Una ventana a la globalidad de forma económica y masiva, pero posiblemente en contra del consumo ético en sus fabricaciones.

El fenómeno Cruella en la industria de la moda supone en sí mismo una partícula que pudiera explotar o no, siempre y cuando las propuesta de los creadores reinventen el mensaje de forma que su geografía y segmento de mercado digiera y viralice. Cruella como película punk y movimiento por si solo no lo hará. Habrá que inspirarse y adaptar.
Sin embargo, el vestuario per se, forma parte de los momentos del punk mejores vividos y narrados en una historia de Disney que crea highlights de las ocurrencias de la industria. Tomar una profundidad dimensional de la película misma para extrapolarla tácitamente a nuestra realidad es insostenible e invivible a nuestra realidad hoy en LATAM.
Esperamos que las luchas se cuelen y dejen lo mejor de la creatividad vanguardista de nuestros creadores en tiempos revolutivos, en los dos próximos años de tendencias de la moda, en pro de la diversidad del color, al avena y el minimalismo contemporáneo.
Mejorando también la anarquía de nuestra identidad en masa en la calle, producto de la crisis de la moda para el sector popular que disfrutará de Cruella, pero que no podrá acercarse al costume de forma «oficial».

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